El pasado 27 de abril, la Cámara de Comercio Venezolano Italiana dio un vuelco al pasado para recordar a la inmigración italiana de los años 50 con un evento de maridaje de vinos y pastas italianos.
Entre las recetas de entonces, la música que llenaba de esperanza a aquellos emprendedores italianos que querían cercare fortuna in America y la participación del conferencista Feliciano Salerno, los presentes escucharon interesantes y emotivas historias de una movilización de personas que contribuyó con su trabajo a la modernización y desarrollo de esa Venezuela que comenzaba a transitar la segunda mitad del Siglo XX.
Como señaló la coordinadora de Eventos de CAVENIT, Veriozka Marcano, la escogencia de los platos rememora las preparaciones más frecuentes de esos días, como los Cavatelli con ragù napoletano, Pasta e fagioli, Crochette di pane e zucchini con melanzane in balsámicoy Taralli pugliesi.
Los caldos que acompañaron esas deliciosas pastas fueron un Chianti Placido DOCG 2013, un tinto Montepulciano d’Abruzzo Rocaventosa DOC Cantina Tollo y Espumante Brut Cuvée Astoria Lounge.
“Las anécdotas que conté durante le cena son historias que hemos recopilado de familiares y conocidos de la gran colonia italiana que vive en Venezuela. Mucho de esos cuentos ahora parecen graciosos, pero en su momento no lo fueron tanto, porque son historias de carencias y reveses que tuvieron que vivir nuestros inmigrantes”, explicó Salerno.
Igualmente nos señaló que la inmigración italiana de los ‘50 estaba compuesta principalmente por personas muy jóvenes, “algunas con escaso grado de instrucción, pero con gran fuerza de voluntad, ganas de trabajar y coraje para enfrentar los retos que se presentaban en estos nuevos horizontes”.
Para Feliciano Salerno, sin duda alguna, la contribución de la inmigración italiana traspasa su aporte al crecimiento del país. “Nuestros antepasados también trajeron su cultura, su gastronomía e idiosincrasia, las cuales se amalgamaron con las de Venezuela hasta tomarlas como propias”.
Los participantes expresaron en sus comentarios “lo diferente, original y ameno” del evento, alabando además la excelente preparación de los platos escogidos para esta ocasión.
La recomendación general es que actividades de este tipo se repitan, y como escribió uno de los invitados “La Inmigración Italiana de los años 50. Cuentos y Anécdotas, nos llenó el cuerpo y el espíritu”.