Durante 2018 se celebrará en todo el mundo el año de la enogastronomía italiana o como dice la campaña creada para esta gran actividad: “Il Anno del Cibo Italiano”.
Bajo la iniciativa del Ministerio de Políticas Agropecuarias y Forestales, y del Ministerio de Patrimonio Cultural y de Turismo se efectuarán eventos relacionados con la cultura, la tradición y la enogastronomía del país de la bota.
Dichas actividades estarán enfocadas en resaltar el reconocimiento que ha hecho la UNESCO a la dieta mediterránea; la pizza napolitana, las vides de la isla Pantelaria; los paisajes vitícolas del área Langhe-Roero y Monferrato de la región Piemonte; y a la ciudad de Parma como Patrimonios de la Humanidad.
Estos eventos servirán además para que al Prosecco y a la salsa Amatriciana también les sean conferidos esos títulos. Italia tiene un valioso patrimonio de productos autóctonos que se caracterizan por su alta calidad, autenticidad y cuidado del territorio.
La industria alimentaria italiana es líder en Europa en productos con certificado de calidad, con 280 alimentos y 526 vinos. Como es sabido, Italia es uno de los primeros productores vitivinícolas del mundo con casi 49 millones de hectolitros.
El Food Travel Monitor (Asociación Mundial de Turismo Gastronómico) evidencia que al menos el 49% de viajeros internacionales se sienten atraídos por la comida y la bebida del país transalpino, y que en este sentido Italia es uno de los destinos más deseados.
La cocina italiana varía mucho de una región a otra, pero todas sus tradiciones de norte a sur, tienen en común la simplicidad de las recetas, la importancia de los ingredientes de calidad y una imagen vinculada a la salud y el buen vivir.
Il Cibo en las redes
El ENIT (Agencia Nacional del Turismo) y las regiones italianas han creado el hashtag #ItalyforFoodies para promocionar especialmente este año enogastronómico. En las redes sociales, Facebook, Twitter e Instagram, además de contenidos informativos y promocionales, se activarán “quiz” y se invitará a los usuarios a compartir fotos de platos típicos.
Durante este año se crearán también itinerarios turísticos y educativos que incluirán rutas a pie, cicloturísticas, ecuestres, fluviales y ferroviarias, especialmente señalizadas y anunciadas para que los visitantes conozcan lugares y áreas vinculados a la producción agrícola y alimentaria, típica e históricamente arraigadas a la tradición italiana.
Pintura y comida
Por otra parte el Ministerio de Bienes, Actividades Culturales y Turismo (MIBACT) ha activado también una campaña social en colaboración con los museos italianos: más de cincuenta obras de las grandes colecciones estatales para promover el entramado entre arte y gastronomía, la relación entre la comida, la mesa y el paisaje para dar a conocer la evolución del gusto y el patrimonio enogastronómico italiano.
Una copa de vino en la mano de Baco, abundantes platos de caza, pescados y mariscos para una fiesta fastuosa, cestas llenas de racimos de uvas, panes, manzanas y granadas, cascadas de cerezas de toda la gama de rojos. Es el arte el que primero reconoce el valor cultural de la comida, su carácter, valor simbólico, social, estético y vital, desde la época greco-romana hasta el arte barroco y contemporáneo.
La cuenta de Instagram @museitaliani comparte unos 50 carteles digitales que incluyen La estela de Karo en el Museo Egipcio de Turín, Cena con Esponsales de Gherardo delle Notti, el Bodegón de Pimientos y Uvas de Giorgio De Chirico, así como las esculturas de Darren Bader en el Museo Madre de Nápoles y los carteles publicitarios que se conservan en el Museo Salce de Treviso.
No podía faltar la Última Cena de Leonardo, los frescos de Pompeya, los bodegones de la Villa Medicea de Poggio a Caiano y las pinturas de la Escuela Napolitana.
La campaña quiere invitar a que se visiten más de 420 museos, sitios arqueológicos y lugares de la cultura italiana y buscar para fotografiar y compartir el tema del mes con el hashtag #annodelciboitaliano.
Compartir e intercambiar fotografías se convertirá en un informe colectivo que, a través de la comida, también contará la historia de nuestra sociedad y la evolución del gusto, resaltando de qué manera el patrimonio enogastronómico es parte de la identidad italiana.