Nápoles, Italia

Nápoles (en napolitano Napule, en italiano Napoli) es la ciudad más poblada del sur de Italia, capital de la región de Campania y de la provincia de Nápoles. La ciudad de Nápoles administrativa tiene algo menos de 1 millón de habitantes que unidos a los de su área metropolitana, se elevan a más de 4 millones.

 
Sus habitantes reciben el gentilicio de napolitanos. Está situada a medio camino entre el monte Vesubio y otra área volcánica, los Campos Flegreos.

Tiene una gran riqueza histórica, artística, cultural y gastronómica, lo que llevó a la Unesco a declarar su centro histórico Patrimonio de la Humanidad. Griegos, romanos, normandos y españoles han dejado su huella en la ciudad. De mano de los últimos, la ciudad fue el centro político del reino borbónico de las Dos Sicilias. En el siglo XX, primero durante el fascismo y en la reconstrucción subsiguiente a la Segunda Guerra Mundial se construyó gran parte de la periferia. En las últimas décadas, Nápoles se ha dotado de un zona comercial con rascacielos e infraestructuras como el TAV a Roma o una red de metro en proceso de expansión. Por otra parte, también le acucian grandes problemas como el crimen organizado, muy presente en la vida de sus habitantes y que constituye un freno al desarrollo económico y social; o de otra naturaleza, las fuerzas telúricas: la ciudad ha sufrido grandes terremotos y la actividad volcánica es vigilada constantemente.

Lugares de interés

Nápoles es una ciudad muy visitada, no sólo por derecho propio, sino también como punto de partida hacia otros destinos cercanos como Pompeya, el Palacio Real de Caserta, las islas de Capri e Ischia o la Costa Amalfitana. La capital campana posee también un vastísimo patrimonio artístico y arquitectónico, que desde la década de 1990 ha sido relanzado con actividades como el Mayo de los Monumentos y por ser declarada parte del Patrimonio de la Humanidad en 1995.

Palacios históricos y museos

Nápoles es particularmente famosa por sus castillos, palacios y museos.

El Castel dell'Ovo (Castillo del Huevo) es parte del bellísimo panorama del Golfo. Se llama así porque, según la leyenda, Virgilio habría escondido en el interior del castillo un huevo que soportaría la estructura del edificio, y que, de romperse, provocaría el hundimiento de la fortaleza, y que la ciudad sufriera grandes catástrofes.

Está situado en el islote de Megaride, donde en el siglo VII a. C. desembarcaron los cumanos que fundaron Parténope. El castillo era parte de la villa del romano Lucio Licinio Luculo, que fue fortificada por Valentiniano III y que albergó al depuesto Rómulo Augusto, último emperador romano, muerto poco después.

Lujosa villa en tiempos del Imperio, fortificada en el siglo V y arrasada por los propios napolitanos en el siglo X para evitar su captura por los sarracenos. Los aragoneses llevaron a cabo la última reestructuración significativa.

Más tarde el castillo fue reconstruido y restructurado por los normandos (1128) y por los españoles en sendas ocupaciones.

Actualmente, se permite la entrada al público. Se puede apreciar la majestuosidad de la fortaleza, la terraza con cañones y la muy característica villa marina al pie del castillo.

El Castel Capuano fue construido por Guillermo I de Sicilia, el primer rey del Reino de Nápoles fundado por los normandos. Su nombre se debe a que está en la ruta que conduce a la ciudad de Capua. Cuando el Sacro Imperio Romano conquistó el reino, la capital se trasladó a Palermo, deteriorándose el edificio a causa del abandono. Pero cuando la dinastía aragonesa conquistó el Sur de Italia y la capital volvió a Nápoles, y se comenzó una gran remodelación del castillo. En los siguientes 500 años, el edificio se utilizó como sede de los tribunales; en la actualidad ofrece un contraste arquitectónico notable, al encontrarse en las inmediaciones de la zona de rascacielos, el Centro Direzionale.

El Castillo Maschio Angioino (Torreón de los Anjou), también conocido como Castel Nuovo, fue construido entre 1279 y 1282 por Carlos I de Anjou, todo un récord, siendo el palacio real de su dinastía. En tiempos de Roberto de Anjou, uno de los más notorios mecenas de su tiempo, se hospedaron en el castillo grandes figuras de las artes y las letras, como Petrarca o Boccaccio, que escribió el Decamerón entre sus muros. De esta primera etapa no quedan restos, debido a la reestructuración inmediata a la llegada de los aragoneses.

El castillo posee cinco torres que son los puntos de unión de las gruesas murallas (Torre di Guardia, Torre di Mezzo, Torre di San Giorgio, Torre del Beverello y Torre dell'Oro), y un arco de triunfo de mármol (Arco d'Alfonso d'Aragona), el cual fue construido en el siglo XIII para celebrar la entrada de Alfonso I de Aragón en la ciudad el 26 de febrero de 1443. La sala central del castillo, es la monumental Sala dei Baroni (Sala de los Barones), así llamada debido a que en el año 1487 fueron arrestados en este lugar, los Barones que conspiraron contra Fernando I de Nápoles. Esta sala, en la actualidad, hospeda las reuniones del consejo municipal y el Museo Cívico. Otro episodio histórico destacable acaeció en 1504: tras conquistar la ciudad el Gran Capitán para la Corona de Aragón, ejerció de virrey, hasta ser desposeído del título por Fernando el Católico, con quien a pesar de sus conquistas (o precisamente a causa de ellas), mantuvo cierta enemistad. Prueba de ello es la historia de las Cuentas del Gran Capitán, que presuntamente transcurrió entre los muros de este castillo. Se considera que la reformas que Gonzalo Fernández de Córdoba inició en el ejército al poco de la conquista, constituyen el embrión de los Tercios, de los que cinco tuvieron su base en la ciudad. A propósito de esta circunstancia, circulaba un dicho:

  • España fue mi natura,
  • Italia mi ventura,
  • Flandes mi sepultura.

Parte del carácter militar del Nápoles de los siglos XVI y XVII se debió a la peligrosidad del Mediterráneo, infestado de piratas y corsarios de la Berbería. Aunque por supuesto, las tropas acantonadas en la ciudad contribuyeron en gran medida acosando embarcaciones árabes.

El Castel Sant'Elmo domina desde lo alto de la colina del Vomero desde 1275 por obra de Carlos I de Anjou. Fue completamente restaurado entre el 1538 y el 1546 por el ingeniero valenciano Pedro Luis Escrivá, siendo Virrey Don Pedro de Toledo. La base que anteriormente era cuadrada, desde entonces tiene forma de estrella. Este castillo fue escenario de la última y desesperada defensa de la República Napolitana contra la ocupación borbónica.

El Palacio Real de Nápoles fue iniciado en el año 1603 por el virrey de Nápoles, el Conde de Lemos, en previsión de una posible visita del rey Felipe III de España a la ciudad que no se llegó a hacer nunca. El proyecto inicial fue encargado al arquitecto Domenico Fontana que ya había realizado importantes obras en Roma para el Papa Sixto V.[9] Sin embargo el proyecto sufrió numerosos cambios y no fue hasta la mitad del siglo XIX que se da por concluido, aunque desde el mismo momento en que se empezaron a colocar los cimientos, el Palacio Real de Nápoles fue el centro de la vida política y social napolitana. A partir del año 1734, año en que la corte se instaló permanentemente en Nápoles, se llevan a cabo obras de restauración del Palacio, que se encontraba en pésimo estado de conservación. A partir de entonces se encargarían progresivas modernizaciones que adecuaron al Palacio a un estilo más barroco. A lo largo del reinado de Fernando II de Nápoles, monarca de las Dos Sicilias, se tendió a la centralización de los poderes del Estado, propia del Absolutismo. Desde 1919 alberga la Biblioteca Nacional.

El Palacio de Capodimonte fue construido por orden de Carlos VII, rey de Nápoles y Sicilia (que sería posteriormente Carlos III, rey de España). Se comenzó su construcción el 9 de septiembre de 1738 bajo la dirección de Giovanni Antonio Medrano, que también fue responsable del monumental Teatro San Carlos de Nápoles. El rey Carlos construyó Capodimonte expresamente para conservar la fabulosa colección de arte de los Farnesio, que había heredado de su madre, Isabel de Farnesio, última descendiente de la casa ducal soberana de Parma. La construcción hubo de ser paralizada en diferentes ocasiones debido a la falta de dinero, al estar en esas fechas también construyéndose el Palacio Real de Caserta. En 1760, Fernando IV encargó al arquitecto Ferdinando Fuga, la ampliación del palacio y el diseño de los jardines. Tras la ocupación napoleónica durante una década, en la que sólo tuvo función residencial, en 1828, se restauró la fachada occidental y se edificó la Palazzina dei Principi destinada a las habitaciones del príncipe heredero, rodeada de un jardín botánico diseñado a la inglesa.

El museo acoge obras de Giovanni Bellini, Sandro Botticelli, Caravaggio, Annibale Carracci, Artemisia Gentileschi, Francisco de Goya, Simone Martini, Masaccio, Tiziano, entre otros.

El Teatro San Carlo, fue construido en menos de un año, e inaugurado el 4 de noviembre de 1737, siendo el más antiguo teatro de ópera activo del mundo. Por sus dimensiones y estructura, ha sido el modelo de los siguientes teatros de Europa. En 1816 fue restaurado después de un incendio.[10] Entre los directores y compositores que se han presentado en el teatro, están Gioacchino Rossini y Gaetano Donizetti.

El Museo Arqueológico Nacional de Nápoles comenzó a formarse con piezas de mármol que Carlos de Borbón había heredado de su madre. Tras el descubrimiento de piezas arquitectónicas romanas halladas en Pompeya, el museo fue creciendo. Actualmente, posee una enorme cantidad de mármoles, mosaicos y manufacturas de la época romana y algunas de las momias mejor conservadas del mundo.

Parques y tiempo libre

La Villa Comunale en una zona de recreación de la costanera que posee estatuas, fuentes y diversos árboles. Fue construida en 1780 y es un lugar muy preferido por los napolitanos desde que se remodeló en los años 1990. En el interior, se encuentra el Zoológico Anton Dohrn y el Acuario de Nápoles, el más antiguo del mundo y uno de los famosos de Europa.

El parque de Capodimonte es el principal pulmón verde de la ciudad, fue creado por Friedrich Dehnhardt en el 1833. Es importante también, la Villa Floridiana que toma en nombre de Lucía Migliaccio, duquesa de Floridia. Este parque es sede del Museo Nacional de la Cerámica.

La costa napolitana es la única del Mediterráneo que posee un parque arqueológico sumergido. Muchas ruinas de la época romana, quedaron sumergidas debido a la erosión marina que hundió siete metros de costa napolitana. A las afueras de la ciudad, se encuentra el Parque Nacional del Vesubio, los Campos Flegreos y las islas de Capri, Ischia, Procida y Vivara.

El tiempo libre tiene una gran importancia en el suburbio de Fuorigrotta, donde se encuentra el Stadio San Paolo, que sirve de sede habitual al SSC Napoli.

Además del estadio de fútbol, se encuentra la cancha de baloncesto Pala Barbuto. Aquí juega el Basket Napoli, y posee capacidad para 8.000 personas.

El parque de atracciones Edenlandia, el más antiguo de Italia, fue fundado en 1965, aunque ahora está bastante degradado. En la zona se encuentra el jardín zoológico, fundado en 1950, una bolera, unos multicines con once salas, comida rápida y sala de juegos, campos de fútbol y de tenis, una piscina olímpica que fue utilizada en los Juegos Mediterráneos de 1963.