Patrimonio de la Humanidad | El Palacio Real de Caserta (en italiano Reggia di Caserta) es un palacio barroco situado en Caserta, en la región italiana de Campania. El edificio fue encargado por el rey Carlos VII para que sirviese de centro administrativo y cortesano del nuevo Reino de Nápoles, al tiempo que símbolo del poder real. El monarca quiso dotar a la dinastía Borbón-Dos Sicilias de una residencia de la talla de Versalles. El arquitecto elegido fue Luigi Vanvitelli, en cuya obra predominaba el Barroco racionalista, muy próximo al Neoclasicismo. Vanvitelli se hizo cargo del diseño del parque y los jardines, aparte de dirigir las obras del palacio.
No obstante, Carlos jamás vio su proyecto finalizado, pues hubo de partir de Nápoles para ocupar el trono español a la muerte de su hermano, Fernando VI. El palacio sirvió de residencia veraniega a su hijo Fernando y a los demás monarcas de las Dos Sicilias hasta su incorporación al Reino de Italia.
El rey Víctor Manuel III lo donó al pueblo italiano en 1919. El edificio, junto con los jardines y el complejo arquitectónico de San Leucio, fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1997. En la actualidad es un museo abierto al público y ha sido empleado en varias ocasiones como escenario para películas de ficción.
Últimos años
Los apartamentos reales del Palacio se abrieron como museo en 1919, mientras que el resto de las estancias acogieron organismos oficiales. Sin embargo, Mussolini cedió todo el edifico como sede la Academia de la Aeronáutica Militar (el equivalente al Ejército del Aire español) que estuvo allí instalada entre 1926 y 1943.
El 14 de diciembre de 1943, tras la Invasión aliada de Italia durante la Segunda Guerra Mundial, se convirtió en el cuartel general de los aliados en la península. Entre sus muros se firmó la rendición incondicional de las tropas alemanas de Italia (27 de abril de 1945), pero el palacio había sufrido grandes daños durante el conflicto.
Tras el fin de la guerra, se iniciaron largos trabajos de restauración en el palacio y en el jardín, especialmente dañado. Los dibujos de boj y el diseño de algunas fuentes tuvieron que ser recuperados de los planos originales que diseñó Vanvitelli. Las piezas más importantes del mobiliario, la biblioteca y la pinacoteca habían sido trasladadas a otros palacios, por lo que se redecoró siguiendo documentos y cuadros que describían las estancias.
Las obras terminaron alrededor de 1958 y se abrió un museo que englobaba los apartamentos reales, el teatro de la corte y los jardines. El resto del espacio fue destinado a diversas asociaciones municipales: La Sociedad Storia Patria, la Intendencia del Patrimonio Cultural de Caserta, la Oficina regional de Turismo y la Escuela superior de Turismo.
En 1994 el presidente de la República Italiana, Oscar Luigi Scalfaro, ofreció una cena a los jefes de estado del G7. Tres años más tarde, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco junto con los jardines, el Acueducto Carolino y el complejo arquitectónico de San Leucio.
El parque
El parque del Palacio Real de Caserta es uno de los jardines reales más bellos de Europa, rivalizando con los de Versalles, Aranjuez o Peterhof.No sólo destaca por su diseño paisajístico, realizado por el propio Vanvitelli, ni por la calidad de sus esculturas; sino por ser el marco perfecto para el Real Sitio. El edificio queda engrandecido, se muestra imponente y su dominio arquitectónico se expande por un espacio mucho mayor gracias a este decorado.
Vanvitelli decidió introducir dos tipos de jardín en el parque del palacio: uno italiano que rodease al edificio y un passeggio monumental con numerosas fuentes, siguiendo el modelo francés. Para aprovechar el agua de los montes, se proyectó una hilera de fuentes en sus laderas que llegase hasta el palacio, reservando el resto del espacio para el jardín de parterre.
Jardín italiano
El jardín a la italiana ocupa el espacio inmediatamente posterior al palacio. Este fragmento del parque tiene un diseño paisajístico muy similar al de los Jardines del Bóvoli de Florencia, con una estructura geométrica basada en caminos y dibujos de boj. Las especies botánicas son las típicas de la flora autóctona de Italia meridional, que debido al descuido que sufrieron en el último siglo, aumentó su espesor haciendo desaparecer parte del diseño original.
En esta zona, también conocida como el viejo bosque, abundan pequeñas construcciones de recreo, como pabellones o casini, que servían para amenizar las jornadas que la corte pasaba en el jardín. Cuenta, asimismo, con un gran estanque en el que se criaban los peces para el suministro del palacio. A pesar de la bella arquitectura de estas edificaciones y la antigüedad de sus árboles, es la parte menos valorada del parque.
Passeggio
El passeggio representa perfectamente el estilo paisajístico monumental de siglo XVIII, y resalta la función escenográfica del parque. Un camino de más de 3 kilómetros de longitud que recorre la ladera de uno de los montes circundantes, aprovechando su inclinación para crear un complicado conjunto de fuentes y cascadas. Aquí Vanvitelli tuvo que poner en práctica su faceta de ingeniero, aunque contó con la ayuda del experimentado Francesco Collicini.
Muy cerca de la cima del monte, el agua traída por el Acueducto Carolino comienza su descenso a través de la grande cascata[49] cuya acentuada verticalidad hace que alcance una gran velocidad que le permitirá continuar su recorrido. A partir de aquí, se suceden muchas fuentes con grandes grupos escultóricos y vertiginosos juegos de agua. Entre ellas destacan:
- La fuente de los delfines
- La fuente de Venus y Adonis
- La fuente de Eolo
- La fuente de Ceres
- La fuente de Diana y Acteón
La fachada posterior del palacio mira al passeggio, de modo que la mayoría de las habitaciones tenían vistas a esta bella sucesión descendente de fuentes. El torrente de agua llega al jardín italiano con mucha menos velocidad, pero sirve para alimentar sus numerosos surtidores.[50] El genio de Vanvitelli está especialmente presente en esta obra, en perfecta sintonía con el edificio. No obstante, fue su hijo Carlo quién se encargó de ejecutar los planos y participaron numerosos escultores.
Jardín inglés
Este jardín no fue diseñado por Vanvitelli, pues la reina María Carolina lo encargó poco después de la muerte del arquitecto. De nuevo, su hijo Carlo se encargó del proyecto, asistido por el botánico inglés John Graefer, pupilo de sir Joseph Banks. Situado en la parte oriental del parque, reúne en sus 2.500 metros cuadrados una gran variedad de especies exóticas que, sin embargo, se aclimataron muy bien a las suaves condiciones meteorológicas napolitanas. De un estilo completamente diferente al resto, el jardín inglés se introduce perfectamente en el conjunto del parque. Hay varios lagos artificiales, un riachuelo y las plantas crecen en aparente libertad entremezcladas con estatuas, creando un efecto evocador muy del gusto romántico. Aquí no se busca crear un bello decorado con plantas y fuentes, sino acercarse lo más posible a un estado natural, como un bosque en el que se ocultasen pabellones y estatuas.
Escenario para el cine
El Palacio de Caserta ha cobrado un creciente auge como escenario de superproducciones del cine de Hollywood, al ofrecer facilidades para tales rodajes frente a las negativas de otros edificios ilustres de Italia, como los Museos Vaticanos, que son más reticentes a estos rodajes por cuestiones de seguridad y/o porque los guiones son considerados inconvenientes.
- En el palacio se rodaron numerosas escenas de las películas La amenaza fantasma y El ataque de los clones, de George Lucas. En las películas se identifica con el Palacio Real de Theed, capital de Naboo, donde reside la Reina Amidala y se desarrolla gran parte de la trama.
- J. J. Abrams eligió este monumento para que apareciese en su película Misión Imposible 3, simulando ser la Ciudad del Vaticano. No sólo se rodó en estancias del interior sino también en los patios, como en la escena en la que explota el Lamborghini.
- La similitud con El Vaticano se volvió a explotar cuando Caserta fue empleado como escenario cinematográfico para las películas El código Da Vinci y Ángeles y demonios, que no pudieron rodarse en los escenarios reales por la negativa de las autoridades vaticanas.
Fuente: Wikipedia, 25 de Septiembre del 2009